Acoso escolar y diversidad funcional:

El desafío de adaptar las estrategias a las necesidades de todas las personas, con perspectiva de género

El acoso escolar es una problemática grave que afecta a millones de niños, niñas y adolescentes cada año. Sin embargo, algunas personas están más expuestas a ser víctimas de esta violencia. Las personas con diversidad funcional, con dificultades en la comunicación, son particularmente vulnerables. También hay que tener en cuenta la perspectiva de género. El acoso escolar no afecta de la misma manera a niños y niñas, y quienes no encajan en los roles de género tradicionales pueden convertirse en objetivos de acoso. En este artículo, exploraremos cómo las metodologías de prevención y actuación deben adaptarse para ser más inclusivas, y cómo la educación debe abordar inclusión  y la igualdad de género.

Además, como madre de un niño autista y psicóloga especializada en programas de prevención de violencia, he experimentado de primera mano la ansiedad que surge al enfrentar el diagnóstico de un hijo con diversidad funcional. Una de mis principales preocupaciones fue cómo protegerlo del acoso escolar, reconociendo su vulnerabilidad adicional. Esta experiencia personal, combinada con mi trayectoria profesional, me ha llevado a comprender la crucial importancia de proporcionar herramientas adaptadas a las necesidades de aprendizaje específicas de cada niña, niño y adolescente para identificar y buscar ayuda en situaciones de acoso.

1. El acoso escolar: una realidad universal, pero con mayor impacto en personas con diversidad funcional. Aunque el acoso escolar puede afectar a todas las personas, aquellas con dificultades de comunicación, como las personas autistas y con otras diversidades funcionales, se encuentran en mayor riesgo. El hecho que tengan dificultades para comunicarse, comprender las normas sociales y la percepción de “diferencia” ante los demás compañeros y compañeras pueden hacerles más vulnerables.

2. La influencia de los roles de género en el acoso escolar. El acoso escolar no se dirige de la misma forma hacia niños y niñas. Las niñas, por ejemplo, pueden ser objeto de acoso por no cumplir con los estereotipos de género asociados a la feminidad (como ser pasivas, sumisas o “delicadas”), mientras que los niños pueden sufrir acoso por no cumplir con los estereotipos masculinos (como ser agresivos, competitivos o valientes).

3. Las estrategias actuales: ¿por qué no son suficientes? Las metodologías tradicionales de prevención y actuación ante el acoso escolar, no siempre tienen en cuenta las necesidades específicas de las personas con diversidad funcional ni la influencia de los roles de género en las dinámicas de acoso. Algunas de las principales limitaciones incluyen:

  • Falta de personal capacitado: El profesorado como otras personas que forman parte de la comunidad educativa, en general, no siempre están entrenadas para identificar el acoso escolar en personas con dificultades de comunicación.
  • Comunicación unidireccional: Los enfoques tradicionales de formación para identificar y proteger a las victimas se centran en la comunicación oral y escrita, que no son accesibles para todas las personas, especialmente aquellas con problemas de comunicación.
  • Falta de un enfoque integral: Las estrategias no siempre incluyen cómo trabajar con las compañeras y compañeros para sensibilizarlos sobre la importancia de la diversidad y cómo relacionarse con sus compañeros con diversidad funcional. Pero además hay que integrar a sus familias y al profesorado. Es importante cambiar ideas y pensamientos sobre lo que es normal, concepciones capacitistas, eliminar todos nuestros prejuicios sobre la diversidad funcional/discapacidad.

4. ¿Cómo deben adaptarse las estrategias de prevención y actuación? para crear un entorno escolar seguro para todas las personas, especialmente aquellas con diversidad funcional, las estrategias deben ser inclusivas y tener en cuenta tanto las necesidades comunicativas como la perspectiva de género. Algunas medidas clave incluyen:

  • Formación sobre inclusión y en perspectiva de género: el personal de la comunidad educativa deben ser capacitada en cómo reconocer el acoso escolar en personas con diversidad funcional y considerando las diferentes formas en las que el género influye en las dinámicas de acoso.
  • Diversidad de herramientas comunicativas:
    • Sistemas de comunicación aumentativa y alternativa (CAA) y pictogramas para tratar el tema de acoso escolar.
    • Historias y cuentos con información visual y auditiva comprensible: desarrollar narrativas que combinen texto simple con imágenes claras y relevantes, incorporar audios que narren y expliquen las historias.
    • Lenguaje fácil: utilizar un vocabulario sencillo y estructuras gramaticales simples para facilitar la comprensión.
    • Comunicación bimodal: implementar un sistema que combine el lenguaje oral con signos o gestos para reforzar el mensaje.
  • Trabajo con las compañeras y compañeros: es fundamental involucrar a las compañeras y compañeros de clase y del centro educativo sobre diversidad funcional. Las escuelas deben fomentar actividades que sensibilicen sobre la importancia de respetar las diferencias y entender que no hay una sola manera de ser niño, niña o persona.

5. El papel de la familia en la prevención del acoso escolar. Las familias tienen un papel crucial en la detección temprana del acoso escolar y en la construcción de una autoestima positiva para sus hijas e hijos. Es esencial que las familias promuevan valores de igualdad, respeto y empatía, tanto en el hogar como fuera de él. Además, deben apoyar a sus hijas e hijos en la identificación de posibles situaciones de acoso y ser aliadas activas en la sensibilización de las escuelas sobre la importancia de la inclusión.

6. Un futuro más inclusivo.  El cambio es posible, pero requiere un compromiso colectivo. Desde la familia hasta la escuela y la sociedad en general, debemos trabajar para eliminar los prejuicios y promover la inclusión de todas las personas, independientemente de sus capacidades, su identidad de género, país de origen, cultura, identidad y orientaciones sexuales. No hay un solo modo de ser niño, niña o persona, y reconocer esto es el primer paso para erradicar el acoso escolar. Necesitamos un sistema educativo que sea verdaderamente inclusivo y que valore la diversidad como parte integral de su comunidad.

Conclusión: Es crucial que familias, alumnado y profesorado participe activamente en la implementación de un mecanismo (protocolos, proyectos) de prevención y protección ante el acoso escolar para generar un ambiente escolar seguro e inclusivo. Esto va más allá de la mera sensibilización sobre diversidad funcional, de género o qué es el acoso escolar.

Este enfoque integral no solo protege a las personas más vulnerables, sino que también fomenta una cultura escolar de respeto, empatía y valoración de la diversidad en todas sus formas, contribuyendo a la igualdad de género y a la inclusión de todas las personas.

Si eres una persona profesional o familiar de una persona con necesidades especiales, ¿estás lista o listo para unirte a la lucha contra el acoso escolar de manera inclusiva y con perspectiva de género?

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